Como primer modelo de serie, el 918 Spyder equipa tres motores independientes que pueden activarse por separado y, al mismo tiempo, posibilitan un singular concepto de tracción total. Gracias a esto aprovechan todas las posibilidades que ofrece un sistema de propulsión combinado. El conductor puede seleccionar cinco modos de conducción diferentes a través de un “interruptor Map”, situado en el volante, que controla la propulsión individual o combinada de forma óptima. El espectro se extiende desde la conducción en el modo puramente eléctrico hasta la adaptación sin concesiones para los circuitos de carreras. Con ello, el 918 Spyder es un superdeportivo para la competición y, al mismo tiempo, un sencillo deportivo de utilidad cotidiana.
El motor de 8 cilindros y 4,6 litros de 608 CV y el motor eléctrico trasero de 115 kW (156 CV) están dispuestos en serie en un eje común y propulsan el eje trasero a través del cambio de doble embrague Porsche Doppelkupplung (PDK). El segundo motor eléctrico de 95 kW (129 CV) propulsa las ruedas delanteras a través de un cambio de marchas de una sola etapa y un embrague de desacoplamiento. La adaptación óptima de las tres fuentes de propulsión es una de las competencias centrales de Porsche y le garantiza al 918 Spyder su excelente rendimiento: gracias al propulsor frontal adicional de control individual del 918 Spyder, pueden realizarse nuevas estrategias de conducción, especialmente en curvas, posibilitando así tomar las curvas a gran velocidad de forma segura.
El concepto global resulta en un par máximo equivalente en el cigüeñal de 1.280 Nm en la séptima marcha. El concepto “par equivalente en el cigüeñal” indica qué par tendría que entregar el motor con una propulsión convencional para establecer la misma fuerza de tracción en las ruedas de motrices. Las características del rápido motor atmosférico, con su enorme despliegue de par a altas revoluciones, se complementan perfectamente con las de los motores eléctricos, los cuales poseen un alto par ya desde el ralentí. El resultado es un nivel de par continuo superior a 800 Nm en una amplia gama de revoluciones desde 800 hasta 5.000 rpm.
Para el conductor esto significa un concepto de propulsión de potencia casi ilimitada a partir de la primera revolución, lo que implica rápidos y potentes arranques, así como una impresionante aceleración. Además, el placer de conducción aumenta cuando el conductor conecta los motores eléctricos (pisando el acelerador) y suma su potencia a la del motor V8 de altas revoluciones en el modo “Boost”. El resultado es un despliegue sin limitaciones de la potencia total y una aceleración vertiginosa de 0 a 100 km/h en tan solo 2,6 segundos, alcanzándose los 200 km/h en 7,3 segundos.
El módulo híbrido, compuesto básicamente por el motor eléctrico y un embrague de desacoplamiento seco que sirve como elemento de enlace con el motor de combustión, actúa sobre el eje trasero y está directamente conectado con el motor V8. Como híbrido combinado en paralelo, la propulsión del 918 Spyder se produce individualmente a través del motor de combustión o del motor eléctrico, así como a través de la combinación de ambos motores. El bloque de motor del 918 Spyder se ubica delante del eje trasero –como es típico de los superdeportivos de Porsche– y carece de una conexión mecánica directa con el eje delantero.
La transmisión de potencia se realiza a través de un cambio de doble embrague de 7 velocidades optimizado para el modo de conducción de alto rendimiento. En comparación con otras gamas de modelos Porsche, el centro de gravedad del 918 Spyder es más bajo. Esto se debe a que los ingenieros pusieron “de cabeza” el cambio de doble embrague girándolo en 180 grados, respecto al eje longitudinal, para garantizar así una posición de montaje lo más baja posible. Si no se requiere propulsión en el eje trasero, existe la posibilidad de desacoplar ambos motores abriendo el embrague de desacoplamiento y los embragues del cambio PDK. Gracias a esto, el automóvil puede desplazarse “a vela”, modo de conducción típico de Porsche, con el motor de combustión desconectado, alcanzando velocidades de hasta 150 km/h.