En el mundo de los deportivos, el Porsche 911 es conocido, desde siempre, como un auténtico modelo clásico que enlaza tradición e innovación. Esto no es de extrañar, ya que su árbol genealógico se remonta a antepasados legendarios como el Porsche 356 o al Volkswagen “Escarabajo”, otro modelo fabricado por Porsche. No es coincidencia que el maletero se ubique delante y el motor bóxer detrás. Sin embargo, a pesar de ofrecer una respetable tabla genealógica, el Porsche 911 no lo tuvo fácil al principio.
Después de todo, el modelo anterior 356 ya era en vida toda una leyenda con la que el 911 tenía que competir. Como modelo sucesor, se esperaba que el 911 alcanzara o superara las cifras de ventas de 78.000 unidades del Tipo 356 y que, al mismo tiempo, ofreciera el estado actual de la técnica, o lo que es mejor, que incluso se adelantara a su época. También debía ser más espacioso para que, a pesar de su concepto interior de 2+2, pudiera también caber en el maletero una bolsa de golf.
Los técnicos de Porsche se arriesgaron a realizar un nuevo diseño creando así la base técnica del gran éxito que estaba por llegar. Para el Tipo 901, denominado internamente según su número de fabricación, no se adoptaron ni el bastidor ni el chasis del 356, sino que se diseñó una construcción completamente nueva. Los ingenieros integraron delante la compacta suspensión McPherson y sustituyeron el anticuado eje oscilante trasero por un eje con brazos inclinados en favor del maletero.
La introducción del nuevo modelo supuso también un gran riesgo empresarial para la antigua Porsche KG. Dentro del marco de los preparativos de producción de la nueva gama, Porsche adquirió el suministrador automovilístico vecino Karosseriewerk Reutter & Co. GmbH en 1964, lo que supuso un gran esfuerzo para el pequeño fabricante de deportivos, ya que Porsche KG se hizo cargo completamente de los aproximadamente 1.000 trabajadores de la empresa Reutter respetando su antigüedad. El que Ferry Porsche reconociera el potencial de éxito y de futuro del innovador concepto 911 es uno de sus grandes méritos.
Procedencia del nombre comercial 911 En un principio, Porsche se orientó al ámbito numérico de las piezas de recambio de Volkswagen para denominar al nuevo modelo. Teniendo en cuenta una posible cooperación futura con la planta VW, el nuevo Porsche debía ser compatible con los ámbitos numéricos de esta empresa. Debido a que en Wolfsburg la serie 900 aún estaba libre, Zuffenhausen decidió denominar la variante de seis cilindros 901 y la futura variante de cuatro cilindros 902. El 12 de septiembre de 1963 llegó el gran día: Porsche presentó el prototipo del 901 en el Salón Internacional del Automóvil de Frankfurt/Main (IAA). El camino hasta la producción en serie fue largo. Los ingenieros de Porsche tardaron un año en desarrollar el prototipo del 901 y convertirlo en un automóvil de serie, pero finalmente, en octubre de 1964, llegó al mercado el esperado modelo.
En septiembre de 1964 se proyectaba presentar el Porsche 901 en el Salón Internacional del Automóvil de París. Sin embargo, el Salón del Automóvil guardaba una desagradable sorpresa para Porsche: a principios de octubre de 1964, la atónita Dirección de Porsche recibió una protesta del fabricante automovilístico francés Peugeot indicando una violación del derecho de la propiedad intelectual y de protección de marcas comerciales francés en relación con la denominación 901. En un principio hubo un gran desconcierto, ya que, tradicionalmente, Porsche se orienta a los números de fabricación al denominar sus modelos y, en el caso del 901, el departamento de desarrollo había realizado meticulosas investigaciones llegando a la conclusión de que sólo un fabricante de camiones alemán utilizaba la denominación 901, a lo que, en su momento, no se dió mayor importancia. Sin embargo, Peugeot demandó la exclusividad de todas las denominaciones de tres cifras con un cero en medio que, según la empresa venía utilizando desde 1929 y, por lo cual, disponía de protección legal en Francia para todas las series de cifras similares.
Por esta razón, a Porsche no le quedó más remedio que cambiar el nombre del 901 en medio de la fase de introducción del nuevo modelo. Tras realizar varias reflexiones, como por ejemplo, añadir las siglas “GT”, el 22 de noviembre de 1964 Ferry Porsche decidió denominar al nuevo modelo “Tipo 911”. La razón por la cual tomó esta decisión fue muy pragmática: todos los prospectos, listas de precios y manuales de instrucciones, así como la placa de características situada en la zaga y en la tapa de la guantera se encontraban ya en la fase final de preparación, de tal modo que la solución más fácil era utilizar una cifra ya existente dos veces, el “1”. De hecho, no se disponía de tiempo suficiente para producir un nuevo tipo numérico ni otra denominación. En 1964, nada hacía suponer que de esta solución de emergencia naciera el famoso “911” conocido en todo el mundo.