Uno de los elementos claves del mito 911 es, sin duda, el diseño intemporal de la gama. El Porsche 911 puede reconocerse como tal desde cualquier perspectiva, incluso aunque no lleve ni el escudo ni los distintivos típicos de Porsche. En la fase inicial de desarrollo, sin embargo, existía en Porsche una gran inseguridad sobre cuál sería el diseño del sucesor del modelo 356.
Tras haber realizado varios estudios internos y externos, el hijo de Ferry Porsche, Ferdinand Alexander, diseñó un nuevo concepto. F.A. Porsche, como le llamaban sus trabajadores, entró a trabajar en la oficina de construcción de proyectos del antiguo Dr. Ing. h.c.F. Porsche KG en 1958 demostrando muy pronto su enorme talento creativo cuando, en 1956, modeló en plastilina un modelo futurista que sería el sucesor de la gama 356. En base a sus diseños, en 1960 se fabricó el prometedor prototipo 754 “T7” de cuatro plazas cuya zaga, sin embargo, no se adaptaba del todo a las exigencias de Ferry Porsche que rechazó seguir desarrollándolo. En su lugar, diseñó un coupé fastback de 2+2 plazas denominado “T8” que, a partir de 1962, se desarrollaría con el nombre de proyecto “Tipo 901”.
F.A. Porsche que, por entonces tenía 27 años de edad, consiguió un gran éxito con este modelo. A principios de los años 60, la forma del automóvil tan funcional como emocional enlazó, por primera vez, el diseño automovilístico con el diseño del producto, dos ámbitos que, en aquellos tiempos, estaban estrictamente divididos. F.A. Porsche destiló en el 911 original el ADN de diseño de Porsche convirtiéndolo en un concentrado magistral. El resultado fue la creación de un diseño de la marca inconfundible que es sinónimo de éxito e individualidad para todas las gamas Porsche. La forma arquetípica da la sensación de ser una escultura orgánica que lo hace inconfundible desde cualquier perspectiva como modelo 911, incluso sin equipar los distintivos Porsche. Los diseñadores de Porsche nunca sucumbieron a la tentación de dejarse llevar por las tendencias modernas del momento al diseñar las siete generaciones del 911, sino que, más bien, perfeccionaron el diseño cuidadosamente manteniendo siempre su identidad propia. Una de las divisas principales de Porsche, que se ha mantenido durante cinco décadas, es que la forma se rige por la función. Por esta razón, los diseñadores del Porsche 911 nunca utilizaron efectos estilísticos efímeros. Como buen clásico que es, su diseño ha sido siempre innovador, sin embargo, nunca se adaptóa las tendencias del momento. A lo largo de su historia, el 911 ha seguido fielmente la divisa de su creador , F.A. Porsche: “Un buen diseño debe ser sincero”.
El diseño del 911 ha sido siempre un reflejo del trabajo de cada Responsable de Diseño. Tras F.A. Porsche, que fundó su propia empresa “Porsche Design Studio” en 1972, Anatole Carl Lapine se convirtió en el nuevo Responsable de Diseño del fabricante de deportivos y mantuvo el puesto hasta 1989. Seguidamente tomó el relevo Harm Lagaay. En 2004, le llegó el turno a Michael Mauer que desarrolló la obra maestra actual, la gama 991, tras 50 años de historia del 911.