En el año 1974 se estrenó otra leyenda automovilística de Porsche: el 911 Turbo, el primer deportivo de serie con turbocompresor de gases de escape.
El fabricante transfirió a la producción en serie su amplia experiencia en el mundo de las carreras de competición automovilísticas en el ámbito de los motores sobrealimentados. El motor se basaba en el propulsor del 911 Carrera RS 3.0, ofrecía una potencia de 191 kW (260 CV), un par de 343 Nm y una velocidad máxima superior a 250 km/h.
En el año 1976 se implantaron reglamentos de emisión de gases de escape cada vez más severos, sobretodo en EE.UU., Canadá y Japón. Los automóviles destinados a ser vendidos en estos mercados se equiparon con costosos dispositivos post-tratamiento de NOx. Entretanto, se desarrollaron los Tipos 924 y 928; de este modo, el fabricante redujo la gama 911, en 1977, a los modelos 911 SC (3,0 litros de cilindrada, 132 kW / 180 CV) y 911 Turbo. El modelo Turbo equipaba un motor con una cilindrada de 3,3 litros y sobrealimentación por aire frío. El resultado fue 221 kW / 300 CV a 5.500 r.p.m. y un par máximo de 412 Nm.
Porsche construyó los primeros motores con catalizador regulado en 1980. Una de las medidas adoptadas fue el equipamiento de una sonda lambda cuyas señales se recogían en una unidad de mando y se utilizaban directamente para regular la mezcla. En 1979, la potencia del 911 SC aumentó a 138 kW (188 CV) y un año más tarde a 150 kW (204 CV) a 5.900 r.p.m.
En 1983 se estrenó una nueva generación de motores de aspiración con una cilindrada de 3,2 litros y una electrónica digital del motor. Todos los motores estaban preparados para poder funcionar con gasolina sin plomo y, aunque en muchos países europeos aún no se ofrecía este tipo de combustible, los motores estaban preparados para reaccionar de forma flexible. El motor del 911 Carrera ofrecía una potencia de 170 kW (231 CV) a 5.900 r.p.m. y entregaba un par máximo de 284 Nm (EE.UU. y Japón: 152 kW/207 CV y 260 Nm). Sin embargo, hubo un contratiempo: los clientes de los EE.UU. tuvieron que esperar durante algunos años para poder adquirir el 911 Turbo debido a que su motor no estaba capacitado para funcionar con catalizador. En el año 1985 llegó, por fin, el motor de 210 kW (282 CV) con catalizador.
El Carrera 4 debutó en 1988 con un nuevo motor de 3,6 litros de cilindrada, una potencia de 184 kW (250 CV) a 4.800 r.p.m. y un par máximo de 310 Nm. Uno de sus detalles especiales eran dos bujías por cámara de combustión con el fin de asegurar una combustión mejor. El modelo Carrera 2, sucesor del 911 de propulsión trasera y motor de aspiración, presentado un año después, fue equipado también con este nuevo motor.
En 1990 se estrenó una nueva versión del 911 Turbo con un nuevo motor equipado, entre otros detalles, con un cilindros optimizado térmicamente y una junta de la culata de acero fino. La cilindrada del motor de 3,3 litros permaneció invariable, sin embargo aumentaron la potencia de 235 kW / 320 CV a 5.750 r.p.m. y el par máximo a 450 Nm. Un año después, se ofrecía un plato muy exquisito a los clientes orientados hacia el deporte del motor: el 911 Carrera RS, cuyo motor de 3,6 litros ofrecía una potencia mayor de 191 kW (260 CV). Su verdadera ventaja era su reducido peso de 1.120 kilos (con caja de cambios manual) en comparación con los 1.350 kilos del Carrera 2. Debido a que el modelo RS no podía ser matriculado en EE.UU. se ofrecía para este mercado el RS America con la tecnología de propulsión del Carrera 2, con chasis deportivo y alerón trasero. En 1992 se estrenó el Turbo S, del que sólo se fabricaron 86 unidades como serie especial. Este modelo equipaba un motor de 280 kW (381 CV) a 6.000 r.p.m. que ofrecía un par máximo de 490 Nm. En 1992 se estrenó su sucesor: el 911 Turbo 3.6 de 265 kW (360 CV). El mayor rendimiento de este motor, en comparación con el motor de aspiración, se debía, principalmente, a un aumento de la presión de sobrecarga y a una característica de encendido modificada. El par máximo era de 520 Nm.
En el año 1993, las diversas medidas adoptadas le confirieron al motor Carrera, equipado en la nueva gama 993, una cilindrada y compresión idénticas a las del motor anterior y una potencia de 200 kW (272 CV). Algunas de estas medidas fueron un cigüeñal con mayor rigidez torsional, bielas y pistones perfeccionados y más ligeros, así como un bloque del motor de fundición de aluminio cuyas superficies de rodadura estaban recubiertas de níquel-silicio. Para las carreras automovilísticas se ofrecía la pequeña serie 911 GT2, cuyo motor de 3,6 litros desarrollaba una potencia de 316 kW (450 CV) a 5.750 r.p.m. con ayuda de dos turbocargadores (versión de calle: 316 kW / 430 CV). También la versión Turbo obtuvo el concepto biturbo y, como novedad mundial, el Sistema de Diagnóstico OBD II. En principio, el motor de 300 kW / 408 CV se basaba en el motor de aspiración de 3,6 litros, sin embargo, fue sometido a un perfeccionamiento tan profundo que ya contaba como diseño individual. Algunos de estos cambios fueron otro tipo de árbol de levas, bielas motrices reforzadas, pistones recubiertos y prensados, cilindros de metal ligero prensados con superficie de rodadura recubierta y colectores de admisión más amplios.