En el año 1997, la gama 996 dió un salto cuántico en la historia del 911, ya que, no sólo obtuvo una carrocería completamente rediseñada, sino también un motor bóxer refrigerado por agua.
El motor de 3,4 litros de cilindrada es claramente más corto (en 70 mm) y más plano (en 120 mm) que el motor de aspiración anterior, y además ofrece una potencia de 221 kW (300 CV) a 6.800 r.p.m. y un repris mayor. Sin embargo, los datos de referencia importantes permanecieron invariables: seis cilindros, cigüeñal de siete apoyos, lubricación por cárter seco, volante motor bimasa y una caja del cigüeñal dividida longitudinalmente. El nuevo motor se equipó primeramente en el 911 Carrera y, un año después, en el Carrera 4. También la versión Turbo cambió a la refrigeración con agua. Adicionalmente se ofrecía también el GT3, cuyo motor de aspiración se basaba en el del GT1, pero sin embargo ofrecía una potencia mayor de 265 kW (360 CV) a 7.200 r.p.m. En el año 2000, se equipó al Turbo con un nuevo motor (309 kW/420 CV a 6.000 r.p.m. y 560 Nm) directamente adoptado del GT1. Al mismo tiempo, este motor fue la base del nuevo GT2 de 340 kW / 442 CV a 5.700 r.p.m. y 620 Nm).
En 2001 se aumentó la cilindrada de los motores de aspiración a 3,6 litros. En consecuencia aumentó también el rendimiento de los mismos a una potencia de 235 kW (320 CV) a 6.800 r.p.m. y un par máximo de 370 Nm. El motor biturbo perfeccionado del GT2 ofrecía ahora una potencia de 355 kW (483 CV). El GT3 RS, estrenado en 2003 y concebido, especialmente, para el mundo del deporte del motor, ofrecía un rendimiento mayor de 280 kW (381 CV) debido, sobretodo, a un número de revoluciones mayor y a un árbol de levas regulable).
La siguiente generación 911 de la gama 997 se estrenó en 2004. El motor de aspiración de 3,6 litros del Carrera permaneció invariable. También se puso a disposición un Carrera S con un nuevo motor con una cilindrada de 3,8 litros, una potencia de 261 kW (355 CV) a 6.600 r.p.m. y un par máximo de 400 Nm. El siguiente GT3 (305 kW / 415 CV), basado en la gama 997, se estrenó en el Salón Internacional del Automóvil de Ginebra celebrado en marzo de 2006. Un año después llegó el siguiente GT2 equipado con un motor biturbo de 390 kW (530 CV) a 6.500 r.p.m. En 2008 los Tipos 911 y 911 S se equiparon con motores de diseño completamente nuevo con inyección directa de gasolina. Estos motores mantuvieron su cilindrada entregando una potencia de 254 kW (345 CV) a 6.800 r.p.m. y 283 kW (385 CV) a 6.500 r.p.m. La inyección directa de gasolina posibilita controlar de forma más exacta la combustión en función del régimen de funcionamiento. El resultado es un claro ahorro de combustible.
A partir del 2008, el concepto “Downsizing” se convirtió en una vanguardista especificación para los ingenieros de motores que pretendían conseguir una mayor eficiencia de consumo. Basándose en sus amplios conocimientos, Porsche desarrolló la nueva técnica para el 911 de la gama 991 que se estrenó en 2011: la cilindrada del motor bóxer del 911 Carrera (257 kW/350 CV a 7.400 r.p.m., 390 Nm) era ahora de 3,4 litros, en lugar de los 3,6 litros de la versión anterior. El Carrera S (294 kW/400 CV a 7.400 r.p.m., 440 Nm) mantuvo su cilindrada de 3,8 litros. Ambos automóviles reflejaban que la gama 991 se había desarrollado como paquete completo orientándose a una máxima eficiencia de consumo: con un peso de 3,5 kilos por CV, el nuevo 911 Carrera S se colocaba a la cabeza del segmento. El consumo NEFZ de los modelos 911 Carrera de 8,2 l/100 km y 911 Carrera S de 8,7 litros, ambos equipados con cambio automático de doble embrague, fue también un referente en el segmento. Como demostraban estos dos modelos, las divisas actuales de Porsche seguían siendo las mismas. La primera era que el motor siempre sería el corazón de un deportivo y la segunda que el rendimiento y la eficiencia no estaban reñidos ni lo habían estado nunca durante los 50 años de historia del Porsche 911.