Tradicionalmente, el 911 Carrera es sinónimo de perfecto placer de conducción y, al mismo tiempo, excelente confort de cambio. Por esta razón, Porsche ha desarrollado un embrague de disco doble para la nueva generación de motores que, a pesar de tener que transmitir los altos regímenes de revoluciones que desarrollan los nuevos motores turbo, posibilita al mismo tiempo una transmisión confortable de la potencia.