El 911 más extremo es el Porsche 935/78 “Moby Dick” del año 1978. Su diseño exterior se diferencia notablemente de los modelos anteriores por su carrocería mucho más rebajada y su poderosa zaga alargada. El modelo “Moby Dick” ha sido diseñado para alcanzar velocidades máximas, como la que se registró en "Le Mans” de 366 km/h.
Por primera vez en la historia del Porsche 911, el gran motor con doble turbo de 3,2 litros de cilindrada se equipa con culatas refrigeradas por agua que integran cuatro válvulas por cilindro. Los cilindros siguen siendo refrigerados por aire. El motor ofrece una potencia aproximada de 845 CV (621 kW). En 1978, Porsche también defendió su título en el Campeonato Mundial de Marcas.
Un año después, el Porsche 935 “K3”, propiedad de un equipo de clientes, consigue la victoria en “Le Mans" – ésta fue durante mucho tiempo la única victoria de un coche de carreras basado en un deportivo con permiso de circulación. El Porsche 935 también alcanzó el segundo y tercer puesto; el 934 llegó a la meta en cuarto lugar. Gracias a una estrecha cooperación con el equipo de clientes, Porsche logra ganar nuevamente el Campeonato Mundial de Marcas en 1979 y 1980. En esos mismos años, los clientes de Porsche se aseguran las victorias en los importantes campeonatos IMSA y TransAm de EE.UU.
Los pilotos del Porsche 935 consiguen ganar el Campeonato Mundial de Pilotos FIA para recorridos largos en 1980 y 1981. El 935 ha pasado a los anales de muchas competiciones como ganador récord. En Sebring, por ejemplo, el coche de carreras defiende el título de 1978 a 1982 y vuelve a ganar en 1984. En Daytona, el Porsche 911 más extremo gana las competiciones consecutivamente desde 1978 hasta 1983.
Mientras que el Porsche 935 recoge éxitos en la “Fórmula de la silueta", los automóviles de serie de la gama 911 demuestran también la deportividad que viste el clásico de Stuttgart-Zuffenhausen. En 1976, Fritz Müller, Herbert Hechler y Karl-Heinz Quirin recorren la sección norte del Nürburgring a bordo de un 911 Carrera RS consiguiendo la primera victoria Porsche en las “24 horas del Nürburgring”. Con las victorias alcanzadas a bordo del 911 en 1977 y 1978, Müller y Hechler consiguen el primer triplete de un fabricante en la historia del que, posiblemente, sea el circuito de carreras de larga distancia más duro del mundo.
Hasta mediados de los años 80, el Porsche 935 de los clientes sigue participando de forma activa en las carreras - mientras tanto aparece otro Porsche en primer plano que no se basa en el 911: cuando, en 1982, la Federación Internacional del Automóvil (FIA) formula nuevas reglas para los deportivos y los prototipos, Porsche está perfectamente preparado con el modelo 956 C. El revolucionario prototipo “Groundeffect” se convierte en un ganador permanente. En la fórmula 1, el motor diseñado y fabricado por Porsche, el “TAG Turbo”, impulsa un McLaren que consigue hacerse con la victoria en los campeonatos mundiales de 1984 y 1986. A finales de los años ochenta, Porsche se orienta hacia la fórmula 1 en EE.UU., mientras que el 962 C y el 962 IMSA siguen cosechando éxitos.
Cada vez se fabrican más series pequeñas competitivas basadas en el 911 (por ejemplo, el 911 SC RS, véase arriba) y prototipos para el deporte del motor. El 961 con tracción total participa, por primera vez, en 1986 en el IMSA de la categoría GTX en “Le Mans” llegando el séptimo a la meta. Tras esta denominación se esconde la potente versión de competición del 959 de 640 CV (471 kW), cuya vanguardista tecnología supera una prueba permanente de enorme dureza. En 1987, el equipo de la marca vuelve a “Le Mans” con el 961 equipado con un motor de seis cilindros con doble turbo que desarrolla una potencia de 680 CV (499 kW). La competición acabó con un accidente del que el conductor salió ileso.