Instalación de fuerza hidráulica
El Tipo 996, fabricado desde 1997 hasta 2005, fue el gran hito en la historia del 911, ya que, a pesar de ser una versión completamente nueva, reflejaba a la perfección el carácter del modelo clásico. Esta generación, rediseñada completamente, equipaba, por primera vez, un motor bóxer refrigerado por agua. Gracias a la técnica de cuatro válvulas, este modelo ofrecía 300 CV de potencia y en el ámbito de las tasas de emisiones, los ruidos y el consumo era considerado como un referente de futuro. El diseño reinterpretaba la línea clásica del 911 y se caracterizaba por un bajo coeficiente aerodinámico de 0,30. El trazado de líneas del 996 era, asimismo, el resultado del concepto de piezas iguales aplicado al modelo de éxito Boxter. La característica más llamativa del modelo eran los faros delanteros con intermitentes integrados que, en un principio, fueron motivo de grandes controversias pero, finalmente, fueron copiados por muchos fabricantes de automóviles. El interior del modelo fue profundamente rediseñado, de modo que el conductor tenía la sensación de encontrarse en un entorno completamente nuevo. Adicionalmente a las prestaciones deportivas típicas, el confort de conducción jugaba ahora un papel mucho más importante. Porsche inició una ofensiva de productos sin precedentes ofreciendo un gran número de variantes del modelo 996. Uno de los modelos claves de la gama fue el GT3, fabricado a partir de 1999, que continuaba la tradición del Carrera RS. En otoño de 2000, Porsche presentó un modelo extremadamente deportivo, el 911 GT2, equipado de serie con frenos cerámicos.