La ventilación eficiente de los frenos de disco es uno de los detalles más importantes para un automóvil de alto rendimiento, ya que, sólo si ésta funciona a la perfección, es posible frenar firmemente, incluso varias veces seguidas, cuando el automóvil circula a grandes velocidades. Por esta razón, Porsche equipó el 911 S en 1966 con frenos de disco con ventilación interna. Los discos son de doble pared con el fin de permitir la circulación del aire y reducir el calor de fricción. La perforación ofrece, además, la ventaja de que las salpicaduras de agua se evacuan de forma especialmente rápida. Con el fin de mejorar aún más la ventilación, los sistemas de frenos de disco de otros modelos 911 posteriores equipan, además, orificios de ventilación del aire acumulado que conducen aire fresco a los discos de freno desde el frontal, procedente de orificios situados en el alerón, a través de canales. Ningún otro fabricante invierte tanto Know-how en los sistemas de frenos de sus modelos de serie como Porsche, ya que ningún otro fabricante dispone de una experiencia tan amplia en el mundo del deporte del motor como Porsche. La razón es que Porsche siempre ha desarrollado él mismo los sistemas de frenos para sus coches de carreras. La recompensa a este esfuerzo son sistemas de frenos que no sólo son extremadamente resistentes, sino que también contribuyen a alcanzar la máxima precisión de conducción del automóvil. Los automóviles de serie de Porsche ofrecen siempre las distancias de frenado más cortas de su segmento, lo que representa una ventaja de seguridad en la vía pública.