Porsche · Dossier de prensa digital

1973: sobrealimentación
1973: sobrealimentación
El deseo de los ingenieros de disponer de la ”carga ideal” es casi tan antiguo como el motor de combustión mismo: la combustión óptima de la mezcla de carburante y aire. El objetivo de los técnicos es obtener la mayor cantidad posible de aire en los cilindros para poder comprimirlo y mezclarlo con el carburante de tal modo que, a través de la combustión, se alcance una presión de trabajo mayor y con ello un mayor rendimiento. El 911 Turbo, presentado en 1973, fue un prototipo precursor, ya que el motor turbo de 3 litros disponía de una unidad de control de la presión de sobrecarga, situada en el lado de los gases de escape, sobradamente probada en las carreras automovilísticas. Con el 911 Turbo, listo para su producción en serie en 1974, Porsche fue el primer fabricante automovilístico en conseguir adaptar el turbosobrealimentador a las diferentes condiciones de conducción. En lugar del control convencional en el lado de aspiración, los ingenieros desarrollaron un control del aire de la presión de sobrecarga en el lado de los gases de escape. Durante la desaceleración y el funcionamiento a carga parcial, fue posible evitar una sobrecarga no deseada conduciendo los gases de escape excedentes a través de una tubería de descarga (llamada también “Bypass”), en lugar de mediante la turbina de gases de escape usual. Si, durante el proceso de aceleración, era necesario disponer nuevamente de presión de sobrecarga, la válvula Bypass se cerraba y la turbina podía desarrollar toda su potencia de trabajo en la corriente del gas de escape.

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